Hoy en día es fascinante lo que sabemos acerca del funcionamiento de nuestro cerebro. Hemos conseguido interrelacionar disciplinas tan distantes como la Neurociencia y el Marketing, creando el Neuromarketing, o también la Neurociencia y el Liderazgo, creando el Neuroliderazgo, les hablaré de él en mi próximo post.
Ahora quiero hablarles sobre otra aplicación de las neurociencias ya conocida desde los años 70. La Programación Neurolingüística. Curioso, pero cierto, la neurociencia también tiene su aplicación en la comunicación.
Lo descubrieron en 1973, en EEUU los fundadores de la PNL, Richard Bandler y John Grinder.
Todos comunicamos incluso cuando no queremos hacerlo. Habla de nosotros todo nuestro cuerpo, nuestra imagen, la voz, la mirada, la postura, etc.
La idea es entender como funciona nuestro lenguaje para así poder «sintonizar» con el cliente, el colaborador, el superior, el equipo, etc.
Lo primero es aprender a escuchar. ¡Pero realmente escuchar! Y para ello se requiere mindfulness, o atención plena. Es decir, no podemos escuchar a nadie si lo hacemos bajo nuestros prejuicios, paradigmas, esquemas o modelos mentales. Porque si lo hacemos, estamos filtrando la información.
Debemos desprendernos de nuestros modelos mentales para intentar entender a quien nos habla: cada uno de nosotros es único. Ha vivido sus experiencias y las interiorizado de manera distinta. Ha aprendido diferentes aspectos y de diferente manera y tiene diferentes intereses u objetivos.
Si queremos escuchar a un cliente, debemos ponernos en «sus zapatos» y no en «los nuestros».
SARA SAMPEDRO 