Jesucristo, un referente en la actualidad para el estudio del liderazgo

“A Jesucristo lo hemos visto como el líder espiritual de nuestras vidas. Sin embargo, con su vida, sus enseñanzas y su ejemplo echó las bases del liderazgo visionario que requieren los ejecutivos del presente siglo”. L. B. Jones

Sabía, quería y podía hacer las cosas. Sobre todo las hacía.
Tenía metas y/u objetivos claros, bien definidos y alcanzables dentro de su condición y de acuerdo a sus competencias.
Sabía involucrarse personalmente en las vidas de las personas y capacitó a su personal: sus discípulos. Les valoró aun sin conocimientos ni formación, supo escogerlos y era consciente de las competencias de cada uno y de su capacidad de aprendizaje.
Se expresaba de forma clara y sencilla.
Se preocupaba y se identificaba con sus seguidores, buscaba el bien comun.
Era coherente con sus actos, lo que le otorgaba credibilidad y confianza.
Tenía los conocimientos previos necesarios para hablar y actuar con coherencia y se tomó su tiempo para planificar su trabajo, evitando así la improvisación.
Daba asesoramiento a los discípulos respondiendo sus inquietudes y aclarando sus dudas.
Tenía la iniciativa de hacer las cosas.
Consultaba sobre cómo eran vistas sus acciones, preguntaba a sus discípulos acerca de cómo se le percibía e iniciaba acciones correctoras con sus discípulos: creaba equipos.
Siempre estaba disponible y al alcanze de sus seguidores.
Estaba sumamente comprometido con su objetivo o misión e infundía compromiso a sus seguidores.
Dejó un legado que perdura aun después de miles de años… eso no lo han logrado muchos lideres.

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